Ideario del PPC
El Ideario del Partido, obra de Antonino Espinosa Laña, reafirma los postulados
esenciales de la doctrina humanista cristiana. A continuación, algunos conceptos
centrales:
Constituye misión irrenunciable hacer del Perú una sociedad comunitaria y
proclamar el bien común como razón suprema de orden político.
La finalidad del bien común es la promoción de la persona humana total y
solidaria, lo que no puede lograrse sin el respeto a la dignidad de la persona
humana y sin la participación libre y responsable de ella en la conducción de la
comunidad.
El bien común debe implantarse en un proceso de personalización, que es el
desarrollo de las virtualidades del hombres como ser espiritual, libre y protagonista
de su destino y de socialización, que significa el arraigo de la fraternidad por
medio de procedimientos de integración social.
El PPC no comparte las tesis del viejo liberalismo, en cuanto representa una
orientación egoísta que ignora el bien común y en cuanto encarna una concepción
materialista que olvida al hombre integral y rechaza toda concepción totalitaria y
colectivista, como la marxista leninista que desconoce el valor de la libertad
humana con su determinismo económico.
Desarrolla la noción trascendente de la persona humana; la tesis de la libertad
responsable y su condición de ser social.
En lo económico, pone énfasis en la noción de la economía al servicio del hombre,
en la función social de la propiedad y en el advenimiento de una economía de
propietarios.
El trabajo, desde el punto de vista normal, tiene primacía sobre los factores de la
producción, por ser el aporte humano por excelencia.
Se considera indispensable alentar la asociación sindical libre y representativa;
pero sin generar antagonismos que esterilicen o destruyan el proceso productivo.
Se propugna superar el antagonismo entre los factores de la producción, y
promover la solidaridad entre trabajo y capital. Se propone, con tal propósito,
instaurar satisfactorias relaciones industriales e impulsar la reforma de la empresa.
Se propone que el seguro social otorgue su amparo con amplitud y sin
complicaciones burocráticas.
El crecimiento productivo debe ser básicamente realizado por iniciativa privada,
dentro de una planificación nacional flexible. Al estado compete impulsar la
iniciativa privada, corregirla y castigarla cuando abuse, suplirla cuando sea
insuficiente o ponga en peligro su soberanía.
Concibe para el Estado la gerencia del bien común, y en tal virtud le atribuye las
funciones de ordenar planificadamente, pero con flexibilidad las iniciativas públicas
y privadas: regular la libre concurrencia; expropiar bienes privados en casos
justificados de necesidad nacional y asumir, sumplentariamente, la ejecución de
proyectos que no sean llevados a cabo por la iniciativa privada.
Se precisa el empeño por la justicia en todas sus formas: conmutativa, distributiva
y social. Se destaca, sin embargo, el realismo de la progresión sin tregua,
destacándose la utopía de estimar que la justicia social pueda alcanzarse al primer
esfuerzo.
Los cambios estructurales y sociales progresivos se estimas como indispensables.
La palabra revolución es aceptada pero se le rechaza totalmente sin con ella, se
predica la violencia y se pretenden cambios drásticos que conduzcan a la
parálisis, el desorden y al sacrificio de las nuevas generaciones.
¡Diálogos por el Buen Gobierno Descentralizado! Loreto.
Con gran satisfacción se llevó a cabo el conversatorio sobre "Conflictos Sociales", "Perspectivas Económicas", "Trata de Personas" y "Desarrollo Sostenible" (23.06.18).
Contamos con la presencia de Marisol Pérez Tello, Carlos Soria, Claudoa Cantella, José Rodríguez, Karem Craff y Jessica Honorio. Agradecemos a las bases pepecitas y a todo Iquitos.
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